¿Dónde viven los hipopótamos?
África subsahariana cuenta en su fauna con el hipopótamo, uno de los animales más peligrosos del continente africano. La fortaleza de su cuerpo y su marcado carácter agresivo dentro del agua le confieren tal categoría.
Este animal estrechamente vinculado a la familia de los cetáceos- cuenta con un ancestro común- aunque se encuentra amenazado por la especie humana advierte amplias poblaciones en Zambia (40 mil) y Tanzania (30 mil).
Durante los períodos Eemiense y el Pleistoceno tardío el hipopótamo común (Hippopotamus amphibius) recorría las tierras y lagos de Europa y África del Norte. Según la literatura sobre la historia y evolución de este individuo, las zonas aledañas al río Nilo, en Egipto, contaban con abundantes ejemplares de esta especie.
Representado en la Biblia, según cuentan algunos como el Behemot, el hipopótamo se observaba con facilidad en torno a Damieta tras la conquista en 639, por los árabes. De igual forma, Plinio el Viejo relató que el mejor lugar para cazar a ese animal se encontraba en el nomo de Sais. Asimismo, es conocido que este animal vivió en el sudeste asiático y en el sur de Europa hasta el período Glacial.
Lo anterior evidencia que siempre fue animal tenido en cuenta por las culturas al punto de contribuir a la mitología universal. A pesar de contar con comportamientos agresivos, el hipopótamo no escapa al egoísmo del hombre que lo ha puesto en peligro para comer su carne, emplear su piel en la producción de artículos, algunos siguiendo absurdas modas, así como para aprovechar el marfil de sus dientes.
En la actualidad es posible encontrar hipopótamos en los lagos y ríos de Sudán, el norte de Congo, Uganda, Kenia, Somalia, Etiopía, Botsuana, Sudáfrica, Zambia, y Zimbabue.
Por su parte, se advierte una población de 60 hipopótamos en Colombia la cual se ha conformado a partir de ejemplares que escaparon de un zoológico particular de Pablo Escobar.
Si bien existen evidencias de que los hipopótamos vivieron de forma permanente en la tierra, cuando la vegetación era extremo tupida, y los rayos del sol no incidían directamente sobre ellos; hoy es un hecho que son animales semiacuáticos.
Tal desplazamiento se encuentra estrechamente vinculado a la delicadeza de su piel, a la necesidad de protegerse del sol y refrescarse durante los calurosos días. Estos animales se alimentan fundamentalmente de pasto durante la noche, por lo que su mayor actividad es en ese momento, aunque no se consideran animales nocturno pues durante el día no solo duermen sino que se revuelcan en el lodo.
Los hipopótamos no nadan ni flotan, se desplazan dentro del agua dando pequeños salticos y con la punta de la nariz fuera del agua. Sus patas son cortas por lo que además de habitar en aguas permanentes prefieren las poco profundas.
El agua es de vital importancia para la vida de estos animales al punto de ser el escenario propicio para la copulación; esto les es ventajoso sobre todo a los hipopótamos comunes que llegan a alcanzar más de tres toneladas. Asimismo, en el agua estos ejemplares dan a luz a sus hijos.
La adaptación del hipopótamo al agua viene a reforzar el origen de su nombre, que procedente del latín hippopotămus, se traduce en caballo de río. De tal forma, híppos significa caballo, y potamós, río. No obstante, los árabes los llaman búfalo y los egipcios, cerdo de río. Como se ha explicado anteriormente, su preferencia por el agua no es impide que se desplacen con facilidad por la tierra, se dice que pueden alcanzar velocidades similares a las del hombre. Es válido destacar que las actividades que realizan en el ambiente terrestre la realizan en solitario.
Los hipopótamos se encuentran incluidos dentro de la megafauna y el mayor rasgo que los distingue es su condición de animales semiacuáticos, específicamente de agua dulce. Luego de tres especies de elefantes y el rinoceronte blanco, el hipopótamo común es el quinto animal más grande del mundo.
Aunque pueda parecer extraño, los hipopótamos reacciones de forma positiva al cautiverio, al cual muchos han sido llevados para ser protegidos. No obstante, sus cuidados son costosos pues ingieren grandes cantidades de alimentos y requieren de personal calificado para su manejo.
