A pesar de estar ubicado entre los animales más agresivos del mundo cuando se encuentra en el agua, el hipopótamo se ve cada vez más amenazado. Y es que el marfil de sus dientes, la delicadeza de su piel, así como su carne o han convertido en blanco de los cazadores furtivos.
Desde 2006 el hipopótamo se encuentra en la lista roja que establece la Unión Mundial para la Conservación de la Naturaleza (UMCN). Ese año junto al caballo de río como le llaman algunos se encontraban otros 16 mil 119 tipos de animales o plantas.
Según estadísticas, la vulnerabilidad de este animal es tanta, que su población ha decrecido en un 95 por ciento en la República Democrática de Congo (RDC) y en Zambia. Es válido aclarar que además de la caza, afecta la vida del hipopótamo el desplazamiento de su hábitat-semiacuático- debido a la búsqueda constante del hombre de tierras donde plantar sus cultivos.
Es el hipopótamo un ejemplar que destaca por su físico en forma de barril, patas gordas, boca y dientes grandes, así como por su piel lisa y con escaso pelo. En la actualidad, y tras largos años de investigación sobre su verdadero origen, existen dos especies de hipopótamo: Hippopotamus amphibius (hipopótamo común) y Choeropsis liberiensis (hipopótamo pigmeo).
Ambas especies presentan características similares siendo el tamaño la mayor diferencia entre ellos. El hipopótamo común es el más conocido mundialmente, mientras el pigmeo se encuentra, sin dudas, en la lista de los amenazados.
La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza ha referido que existen menos de 3mil hipopótamos pigmeos en libertad; por lo cual se reconoce que la supervivencia de este animal se concibe mejor en cautiverio.
El reconocimiento internacional el hipopótamo pigmeo se realizó durante el siglo XIX cuando se iniciaron los estudios, y poco después, al inicio del siglo XXI fueron llevados algunos ejemplares hasta los zoológicos donde comenzaron a reproducirse de forma positiva.
Resulta válido destacar que de manera general, incluyen al hipopótamo común, el cuidado de estos animales es costoso pues a la hora de alimentarse consumen el cinco por ciento de su peso corporal y requieren de personal calificado para su manipulación.