Los orígenes del hipopótamo aun devienen en tema de discusión para quienes se acercan científicamente a este animal. Y es que si bien se ha comprobado que descienden de los mamíferos artiodáctilos -con dos dedos- y se consideran familiares cercanos de las ballenas y muy similares físicamente a los cerdos.
La relación de los hipopótamos con los mamíferos se advierte pues este posee dos pezuñas en sus patas al igual que otros ejemplares como los camellos, cerdos, antílopes, y jirafas, que debido a la evolución no han desarrollado el resto de los dedos de sus extremidades. De tal forma, sostienen su peso corporal sobre las pezuñas.
No obstante, el ancestro del hipopótamo es hipotético pues no existen suficientes restos fósiles y se ha denominado como Kenyapotamus. A partir de estudios se determinó que el hipopótamo mantiene estrecha relación con cetáceos y marsupiales.
Del Kenyapotamus y del grupo de animales que precedieron al hipopótamo se conoce que estaban adaptados a un hábitat semi-acuático, y que por sus conductas alimenticias es probable que viviera 60 millones de años hasta separarse en otras especies. Tales resultados se dilucidaron a partir de mandíbulas y dientes encontrados en Mediante la cuenca del Lago Turkana, en Lokone, Kenia.
Por su parte, otras investigaciones aseguran que hace más de 35 millones de años los ancestros de los hipopótamos fueron los “primeros grandes mamíferos en colonizar el continente africano”, así lo publicó un trabajo elaborado por investigadores del Instituto de Ciencias de la Evolución de Montpellier y el Instituto de Paleoprimatología y Paleontología Humana, y publicado por la revista Nature Communications.
De igual forma, tras largos estudios se logró negar que los hipopótamos se hallaban relacionados con la familia de los suidos para acercarlos, a partir de comparaciones de ADN, con los cetáceos, algo que en esa época se contradecía con las interpretaciones paleontológicas. Se dice entonces que las ballenas son los primos más cercanos de los hipopótamos.
Estos animales suelen relacionarse con un linaje de antracotéridos que data de hace más de 40 millones de años. No obstante, resulta oportuno destacar que el ancestro del hipopótamos más antiguo vivió hace alrededor de 20 millones de años y el de cetáceos hace 53 millones de años.
En 1985 surgieron las primeras teorías a partir de las cuales es posible comprobar que los hipopótamos eran terrestres que debido a los cambios de la vegetación y la incidencia del sol sobre su piel se trasladaron al agua para proteger de los rayos y calmar el calor.
El hecho de que los hipopótamos también pululen por la tierra se relaciona con la necesidad de alimentarse de pasto pues son animales herbívoros. Hasta el Holoceno el planeta contaba con diversas subespecies de hipopótamos; se dice que existían al menos, tres especies.
El mundo actual conoce dos especies de hipopótamos: Hippopotamus Amphibius y Choeropsis liberiensis. La primera de ellas es la más popular pues ha sido representada muchas veces en los libros; la segunda hace agrupa al denominado hipopótamo pigmeo o hipopótamo enano, de menor tamaño que el hipopótamo común.
Aunque ambas especies poseen rasgos físico comunes, el Hippopotamus Amphibius puede llegar a medir alrededor de tres metros y medio, así como pesar cerca de cuatro toneladas. Por su parte, el Choeropsis liberiensis sola alcanza un metro y medio y pesa 300 kilos.
Teniendo en cuenta el tamaño de estos animales, se identifican como territoriales y fuertes, lo cual les asegura ser los reyes de las cuencas donde habitan y otras especies evitan molestarlos.
Sin embargo, resulta válido destacar que estas especies de la fauna se encuentran amenazadas por los hombres que han disminuido las poblaciones de hipopótamos en un intento de aprovechar su piel, carne así como sus colmillos de marfil.
El hipopótamo también se ve afectado por la disminución de los bosques y la extensión de los hombres en busca de tierras para sus cultivos, lo que significa un peligro para la vida de estos ejemplares.